LA FELICIDAD MIDE 27 KM

¿Sabéis cuánto mide la felicidad? 27 km de largo por 14 km de ancho, eso es lo que mide exactamente. Y está guardada en una isla muy pequeña, donde la gente es amable, las playas son preciosas y el agua es tan verde como la envidia que os va a entrar cuando os cuente que me he largado a Malta. ¡Así, con dos tacones! Bueno, con unas chanclas, pero lo mismo da.

Me he venido con mi chico y estamos alojados en el Hotel Intercontinental (http://bit.ly/1I4u5C5). Está muy céntrico y son amabilísimos, además, sirven unos desayunos de aúpa y con violinista incluido, oye. Una pasada.

Como tenemos la suerte de tener a nuestros amigos Adrian y Gabriela viviendo aquí, estamos visitando la isla a la velocidad del rayo. Es lo bueno de tener cicerone, que te ves todo en un periquete y los últimos días puedes darte a la juerga y al descanso playero. Porque no veas tú si hay juerga aquí ¿eh?, y  luego decimos de España, pero estos tienen aquí liada una mundial. En la zona de Saint Julian´s en Paceville encontrarás montones de pubs y hasta uno de los dos casinos de la isla. Para que te hagas una idea, es una calle de 200m atestada de gente joven y con copas a 4€. Con esos mimbres, te puedes imaginar el cesto.

Una cosa que me encanta de este sitio es que los malteses son gente orgullosa de su isla y de su cultura, te muestran su país con la misma satisfacción con la que una madre primeriza te mostraría a su rechoncho bebé. El idioma maltés procede del árabe coloquial siciliano, pero, gracias al cielo, la lengua cooficial es el inglés, así que te puedes entender con ellos de mil amores.

Lo primero que debes hacer al llegar es alquilar un coche, las dimensiones de la isla son tan reducidas que incluso yo, que me pierdo en un parking, ya sé moverme por aquí. Eso sí, conducen por la izquierda y las carreteras son como las de España en la época de Paco Martinez Soria, así que, atentos al volante.

Como os digo, con guía local todo va muy rápido por aquí, y ya el segundo día fuimos a ver la Aldea de Popeye en Anchor Bay. Me contaba Adrian que allá por los años 80, se grabó en Malta la película del famoso marinero adicto a las espinacas. Y si bien el film en cuestión pasó sin pena ni gloria, aquí ha quedado un parque temático que lleva más de 30 años haciendo taquilla.

Tras la visita a la aldea, cogimos el Ferry que te lleva desde el Puerto de Mgarr hasta la Isla de Gozo. Cuando te bajes y veas que no te cobran, no vayas a creer que es gratis, ¿eh?, cobran religiosamente, pero pagas a la vuelta y son menos de 5€. Allí fuimos a ver el famoso Azure Window, un arco natural de 100m de altura con vistas al mar y rodeado de acantilados.

Tras un chapuzón rápido en Golden Bay, que estaba hasta arriba de gente, mis amigos nos llevaron a San Blas. No os voy a engañar, bajar hasta esa playa es como una prueba del Ironman, pero cuando llegas tienes toda la playa para ti. No hay gente ni siquiera en temporada alta. Si no estás por la labor de pasar por semejante reto, puedes pagar para que te bajen y suban en quad, pero ni se te ocurra ir en coche, el diminuto aparcamiento es como una trampa de la que puede que no regreses nunca.

No puedes irte de Gozo sin pasar por el Santuario Nacional de la Virgen de Ta ´Pinu. No sólo es precioso, sino que no veas tú como están de organizados. Resulta que te dan unas hojitas con un check list, y sólo tienes que marcar la casilla que indica qué quieres pedir y para quién. Después, los fieles del lugar rezan durante una semana para que tus peticiones sean oídas. Vamos, que si eres creyente y no echas allí unas cruces para la familia y amigos será porque eres muuuy vago, porque práctico es un rato largo. Antes de coger el Ferry de vuelta, y para rematar el día, nos tomamos una copa en los bares del puerto. Tienen música en directo y muy buen ambiente.

Ya en Malta, tienes que ver la Mdina, en mi opinión lo más bonito de todo. Conocida por los locales como la ciudad del silencio, esta ciudad amurallada está llena de palacios y edificios religiosos del S.XV, y fue la capital del país hasta 1.570. Pero por si pasas olímpicamente de la historia, te diré que aquí se han grabado algunas de las escenas más famosas de la serie Juego de Tronos.

Y es que Malta es un gran plató donde se han rodado películas como Expreso de media nocheGladiatorÁgora o Troya. Sin ir más lejos, el verano pasado estuvieron aquí Brad Pitt y Angelina Jolie rodando By the sea. Así que os dejo, que voy a enterarme de cuál es la próxima súper producción hollywoodiense para presentarme al casting. Sí,sí, reíos… que lo mismo mi próximo post os lo escribe mi representante desde Los Ángeles.

Mer

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